No lo voy a negar, la primera razón por la que este libro llegó a mi, fue su rebajado precio de $69 en Librerías Gandhi, su llamativa portada fue otra de las razones por las que lo compré y una vez en mis manos me enteré de la historia detrás, esta sería la primera vez que leería un premio Pullitzer en mi vida (al menos que recuerde).
De que va.
Cora es una esclava africana que vive en una plantación de algodón en el estado de Georgia a mediados del siglo XIV, sola en el mundo Cora decide huir junto a otro esclavo, Caesar. Ambos conocen los riesgos de su escape, en un país dividido entre el racismo y la incipiente lucha abolicionista ambos se enfrentarán a la América fuera de la plantación a través de las rutas que sigue el ferrocarril subterráneo.
#MiHumildeOpinión
La historia de este libro está basada en un grupo de abolicionistas clandestinos que crearon una serie de rutas para ayudar a los esclavos negros a escapar de las plantaciones y huir principalmente hacia el norte de Estados Unidos y Canadá y en algunos casos hacia México en donde la esclavitud ya había sido eliminada.
El verdadero ferrocarril subterráneo era sólo una metáfora, términos que este grupo utilizaban como claves para referirse a las vías de salida a los estados libres y las personas que servían de contacto para lograrlo. Colson Whitehead el escritor de la novela, utilizó este movimiento para crear una realidad alternativa, en donde el ferrocarril subterráneo era, efectivamente, un ferrocarril que atravesaba el país, por medio de túneles y estaciones escondidas a los ojos de la población.
A lo largo de la historia conocemos una larga lista de personajes que le dan voz a los distintos sectores de la población de ese entonces, esclavos negros, capataces blancos, abolicionistas, patrulleros, cazadores y demás, que van dando forma al contexto histórico de la novela, sin embargo, seguirles la pista a todos llega a ser una tarea engorrosa porque lo más importante es la ruta del ferrocarril: qué sucede en los estados a los que llegan los personajes, qué se apoyaba y cuál era la vida de aquellos que huían; por lo tanto, podemos decir que es una historia de historias que sí se conectan, principalmente con el personaje de Cora.
Aún así, no son personajes en los que se profundice mucho o con los que nos encariñemos, y aquí sólo nos queda especular si posiblemente el escritor lo hizo con la intención de resaltar, como dije antes, la ruta del ferrocarril o volverlos anónimos, del montón, una historia más de las tantas que no se contaron, en la que miles de personas vivieron la misma terrible realidad.
Con lo anterior no quiero decir que no se empatice con las circunstancias, al contrario, aún hoy la huida no termina, comprendemos el coraje y la lucha que aún siglo y medio después continúa, miramos los miedos infundados del mundo moderno hacia los mismos grupos y un progreso sólo disfrazado como tal.
Lo que hace a este libro tan interesante es la crítica no sólo al ya conocido sistema de poderío blanco, pero también la falta de unidad entre iguales, que no por compartir la misma suerte los convertía en hermanos, cómplices o amigos, al contrario, sobrevivir se volvía una actividad de veinticuatro horas.
En este viaje del ferrocarril, pasamos por Georgia, Carolina del Sur y Carolina del Norte, observamos del avance de los estados libres, que por algunas libertades evidentes, perdían otras por un supuesto bien mayor que sólo se limitaba a los ciudadanos negros; incongruencias de la historia en donde por abolir la esclavitud, anulaban literal y figurativamente a la población negra, dejándolos sin opciones para sobrevivir por su cuenta; somos testigos de las mil barbaridades a los que los sometían, actos medievales, humillantes, en pocas palabras eran libres pero nunca iguales.
No voy a negar que hay varias escenas muy crueles, a pesar de eso no es una narrativa morbosa que se detenga capítulos enteros en detalles sanguinarios, yo lo describiría más bien como violencia contenida, es decir, nos explica, deja saber que sucede, pero sin abusar, por lo que me parece tiene un estilo muy elegante de contar este periodo de la historia conocido por sus injusticias.
En lo negativo, me parece que tiene algunos capítulos paja y que de la mitad al final el ritmo de la novela decae; sin embargo, el contexto y la investigación son extraordinarias y ni que hablar del valor histórico, es enorme sobre todo por visualizar, aunque ficcionado, el que es considerado el primer movimiento por los derechos humanos.
Un libro ganador del premio Pullitzer 2017, sencillo de leer, accesible para todos los lectores, bien escrito que nos deja pensando en ¿qué es realmente la libertad?
★★★★☆ Me gustó, lo recomiendo ampliamente.
Escucha el episodio 79, en donde además platicamos sobre la esclavitud moderna
Ficción histórica
Literatura Random House
Septiembre 2017
Libro
320
Estadounidense
Sinopsis: Cora es una joven esclava de una plantación de algodón en Georgia. Abandonada por su madre, vive sometida a la crueldad de sus amos. Cuando César, un joven de Virginia, le habla del ferrocarril subterráneo, ambos deciden iniciar una arriesgada huida hacia el Norte para conseguir la libertad.
"El ferrocarril subterráneo" convierte en realidad una fábula de la época e imagina una verdadera red de estaciones clandestinas unidas por raíles subterráneos que cruzan el país. En su huida, Cora recorrerá los diferentes estados, y en cada parada se encontrará un mundo completamente diferente, mientras acumula decepciones en el transcurso de una bajada a los infiernos de la condición humana... Aun así, también habrá destellos de humanidad que le harán mantener la esperanza.
Whitehead nos brinda una historia universal, onírica y a la vez brutalmente realista, sobre la libertad y las ilusiones truncadas, que nos habla de la fuerza sobrehumana que emerge ante la determinación de cambiar el propio destino.