Diez negritos, Agatha Christie.

Hace muchos muchos años leí a Agatha Christie por primera vez, Peligro Inminente fue el título que elegí, no me pregunten de que se trata porque ya saben como funciona mi memoria, pero recuerdo que lo disfruté montones; siendo gran fanática de Sherlock Holmes tenía que experimentar el intelecto de Hercules Poirot también.

Extrañamente nunca más volví a leer nada de la autora hasta ahora, y honestamente espero retomarla más seguido.

De que va

Una carta firmada por un tal Señor Ullick Norman Owen y la Sra. Una Nancy Owen, llega a ocho personas que no se conocen entre sí, invitándolos a pasar el verano en la recientemente comprada Isla del Negro, el supuesto dueño, es un americano millonario; sin nada que perder y movidos por la curiosidad aceptan la invitación.

En la primera cena que se lleva a cabo en la mansión una misteriosa grabación acusa a cada invitado de haber cometido un crimen, confundidos y defendiendo su inocencia creen aún que todo es una broma, hasta que cae la primera víctima, y así uno por uno irá desapareciendo a la par que los 10 negritos de porcelana que hay en las habitaciones, la única pista es una canción infantil colgada en cada recámara; la falta de confianza entre ellos provocará divisiones, sospechas y acusaciones, pero el tiempo se acaba y los negritos también.

No sé nada. No sé nada en absoluto. Y eso es lo que me da miedo. No saber nada de nada.

#MiHumildeOpinión

El libro es muy entretenido, aunque admito que mi experiencia no fue del todo buena, yo lo escuché en audiolibro y en este caso en particular me costaba seguir el hilo de la historia por la gran cantidad de personajes.

Por otro lado, no cabe la menor duda de que Agatha Christie sigue siendo la reina del crimen, miren que poner a diez extraños en apariencia inocentes, con supuestos antecedentes no juzgados por la ley en una isla incomunicada, que están siendo asesinados con base a lo que dice una antigua canción infantil y no sólo eso, sino que además la tortuosa espera de no saber quien será el siguiente e intentar conjeturar quien de los que van quedando vivos es la mente maestra, ¡vaya que es macabro!.

Es una historia que va creciendo, que inicia con el suspenso normal de toda historia nueva, pero conforme avanza, la energía de la novela aumenta, la información que vamos teniendo de los personajes nos inclina a hacer nuestras propias conjeturas, aquí no hay ningún detective investigando nada, son los mismos afectados los que tienen que resolver el misterio y me atrevo a decir que nadie se espera el final.

Aunque la forma en la que el asesino se esconde a la vista de algunos cuantos, ya más cerca del final, se me hizo entre inocente, fantasiosa y un poco de broma de pastelazo, en menos palabras irreal.

Ningún asesinato es justificable, cualquiera que sea la razón; sin embargo, el argumento del asesino para articular semejante plan apela a la razón y sin duda es muy inglés de su parte.

El libro me pareció muy clásico del género policíaco, tiene giros, sí, pero no es complicado, lo siniestro del relato lo percibí más en la construcción del ambiente que los rodea, la isla, las tormentas, el pasado de los personajes, la canción infantil y la cuenta regresiva.

Me sorprendió

Al investigar sobre este libro encontré que aunque en español se sigue llamando Diez negritos, cuando fue publicado en Estados Unidos por primera vez se le cambió el nombre de Ten Little niggers a And then there were none (Y no quedó ninguno), y la canción que en la versión original tenía el mismo nombre fue cambiado a Ten little indians (Diez inditos), porque en este país la palabra nigger era -y sigue siendo- despectiva; también hay versiones en donde la Isla del negro es llamada la Isla del Indio o la Isla del soldado.

★★★★ Me gustó, lo recomiendo ampliamente.

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