Volverás a Alaska, Kristin Hannah.

Antes de terminar de leer El Ruiseñor, yo ya tenía el carrito de Amazon puesto con más novelas de Kristin Hannah y según yo dejaría pasar algunos libros antes de regresar a ella, claro que, no sucedió, inmediatamente después de terminar su exitosa novela, me aventuré con Volverás a Alaska.

De que va:

Después de un largo periodo en Vietnam, Ernt Allbright regresa a casa con su esposa Cora y su hija Leni, pero la vida ya no es lo que fue, Ernt tiene pesadillas, le ha dado por el alcohol y no logra mantener un trabajo estable. Un día llega una carta que les ofrece empezar de nuevo en Alaska.

Sin más en la maleta que esperanza, la familia se aventura a la última frontera del mundo, ilusionados de volver a ser los que fueron y de aliviar sus males se encontraran con un lugar que los desafiará en cada paso, enfrentándolos a la crudeza de sus verdaderas personalidades y de la situación que no hace más que empeorar conforme avanza el invierno.

Amor y miedo. Las fuerzas más destructivas del mundo

#MiHumildeOpinión:

Cuántas veces no hemos leído de un tirón todas las novelas de un autor/autora porque nos enamoramos de uno de sus libros, cuántas veces igualmente, nos han decepcionado por no estar a la altura de esa obra que los hizo tan famosos.

Si bien esta novela no me decepcionó vale la pena aclarar desde el principio que NO ES EL RUISEÑOR, mantiene el sello de Kristin Hannah por su puesto, la historia fluye y sin que te des cuentas ya estás por terminar, tiene drama, tensión, amor y giros inesperados, aunque algunos, hay que decirlo, no del todo creíbles.

En Volverás a Alaska, Kristin Hannah nos sitúa en un Estados Unidos de los años sesenta, si bien la novela no es histórica estrictamente hablando, utiliza un sin número de recursos reales para situarnos en un periodo de histeria colectiva: desapariciones de mujeres, asesinatos, grupos revolucionarios, terrorismo, la amenaza de un conflicto nuclear y por supuesto la guerra de Vietnam; de todo esto se forma Ernt Albright, un veterano de guerra que sufrió un secuestro de seis años y a quien los efectos del conflicto modificaron su interior, ahora padece un estrés post traumático que se traduce en miedo, adicción y violencia, evidentemente su esposa Cora reconoce muy poco del hombre con el que se casó, pero tiene esperanza, y es justo esto lo que los mueve a tomar la decisión de dejar todo atrás y empezar una nueva vida en Alaska.

La historia está contada desde el punto de vista de Leni, la única hija del matrimonio, que es arrastrada por ellos al fin del mundo, Homer, Alaska, a lo largo de varios años nos narra su vida familiar, lo tóxica que es la vida en pareja de sus padres, lo diferente que es su relación con cada uno de ellos, tan cercana de su madre y tan frágil con su padre, las impresiones de vivir en un lugar de personalidad ambivalente, agreste, salvaje y peligroso pero también hermoso, y fascinante y como a pesar de todo lo que sucede necesita ser una adolescente, comportarse como una y encontrar finalmente su lugar en el mundo, y para esto último encuentra a Matthew, el único niño de su edad en la escuela a la que asiste, que se convertirá en su amigo, cómplice y guía de aquellas lejanas tierras que amenazan con matarte en cada paso.

Sobrevivir es la palabra clave de este libro, ya sea por pruebas que te pone la naturaleza o lo que la naturaleza de Alaska provoca en los seres humanos ,una de las cosas que disfruté mucho leer en este libro es la comunidad que se forma entre los habitantes de Homer, porque aunque cada uno debe de desarrollar habilidades que le permitan mantenerse vivo y cuerdo, el apoyo entre pobladores es importantísimo y es una de las primeras lecciones que experimentan los Allbright al llegar, de no haber sido por las vecinas que se organizaron para ayudarlos a instalarse no lo hubieran conseguido y aquí entra otro elemento que me encantó de la historia, las mujeres, personajes que nos demuestran que en Alaska el género no significa nada.

Afortunadamente la vida no me ha puesto el estrés postraumático ni las conductas extremistas de cerca, sin embargo, creo que Kristin Hannah los aborda muy certeramente, mi referencia más cercana es el libro de Una Educación, de Tara Westover, había momentos en los que parecía estar leyéndolo nuevamente:  las precauciones que el papá tomaba, los simulacros de medianoche a los que los sometía, las opiniones respecto a temas políticos o las relaciones que intentaba evitar a toda costa, y aunque es un personaje terrible, Ernt es quien pone toda la tensión y el suspenso a la historia, es tan espeluznante que resulta aterrador que la ficción sí pueda ser superada por la realidad.

Pero sin duda el gran personaje de la historia es Alaska, las descripciones que hace la autora son espectaculares , es villana con las mil y un maneras que tienes de morir y es la heroína con sus paisajes, flora y fauna, su belleza es directamente proporcional a su crudeza y justo esto último hizo que por periodos sintiera claustrofobia específicamente en los inviernos de oscuridad total, esto sumado al personaje de Ernt me hicieron sentir realmente asfixiada. 

Es una historia que pierde un poco la acción a ratos, pero que se compensa con la tensión sostenida a lo largo de sus más de 550 páginas, lo negativo para mí fueron más bien detalles como frases muy repetitivas que se sentían poco naturales en español (como llamar a tu hija pelirroja de cariño), o la resolución final al problema de Leni que me pareció ingenua y hasta un poco absurda.

En general me parece una novela ideal para leerse en unas vacaciones, sobre todo si la pueden acompañar de una bebida caliente junto a una chimenea, le di cuatro estrellas en Goodreads.

★★★★☆ Me gustó, lo recomiendo ampliamente.

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