Mucho antes de saber de que se trataba este libro lo estuve viendo por todos lados, librerías, Instagram, Facebook, entrevistas en Youtube y mucho más, la portada siempre me pareció bonita, pero en el momento en que leí la sinopsis se me enchinó la piel, sabía que era una historia que TENÍA que leer y pronto.
De que va.
La autora nos cuenta la historia de una niña a la que sus padres prepararon, al igual que a sus seis hermanos, para el próximo fin de los tiempos; adiestrándolos para estar alerta, suministrándoles armas, interpretando simulacros de fuga, enseñándoles a ser autosuficiente, a no confiar en médicos, escuelas y gobiernos por el peligro de ser controlado por estos.
Suena a novela distópica ¿verdad?, pues no, esos son sólo los primeros siete años de vida de Tara Westover.
La escritora creció en Idaho, en el seno de una familia mormona fundamentalista, en la que su padre Gene afirmaba que el resto de la comunidad conocía la religión, pero sólo ellos la vivían genuinamente, y además estaba tan convencido de la llegada de los Días de la Abominación, que toda la familia contribuía a acumular gasolina, víveres y oro; la autosuficiencia era la columna vertebral de la operación, por eso la madre de Tara, Faye desarrolló el oficio curandera y posteriormente partera.
Encima de todo esto, Gene Westover, evitó que sus hijos asistieran a la escuela pública, ya que consideraba que lavaban el cerebro de las personas y alejaban a los niños de Dios, prometió que los instruirían en el hogar, cosa que si somos estrictos sí hizo, sólo que no sobre educación escolar; pero si esto aún les resulta poca cosa, los cuatro hijos menores -Luke, Audrey, Richard y Tara- no fueron inscritos en el registro civil cuando nacieron, ni siquiera estaban seguros de su fecha de nacimiento, mucho menos de la edad.
Durante toda mi vida ese instinto me había enseñado su única doctrina: que las posibilidades son mejores si confías solo en ti misma.
#MiHumildeOpinión
Es difícil reseñar/criticar un libro de memorias, porque no es sólo decidir si la velocidad fue buena o si fue lo suficientemente entretenido, es sentarse a juzgar si la vida de esta persona es lo bastante interesante, valerosa, dolorosa como para haberse escrito, y si al final puedo aprender algo al respecto.
En el caso de Una educación, y en mi personal experiencia creo que Tara Westover hace un gran trabajo al guiarnos a lo largo de su vida intentando ser lo más objetiva posible, no sólo recurriendo a sus recuerdos sino consultando a aquellas personas que todavía están cerca de ella, para dar una opinión más global de lo que sucedía en su entorno.
No intento desacreditar los logros de Tara, pero si creo que vale la pena reconocer a quien sembró la semilla de la curiosidad por aprender, por creer que había algo más cruzando las montañas, este fue su hermano Tyler, el primero de ellos en decidirse a estudiar una carrera universitaria, e ir en contra todas las enseñanzas de su familia, ahora, que a Tara le fue peor, definitivamente.
Mientras leía su experiencia al ingresar en la universidad, sin experiencia escolar, ni social, el agobio que sentía por lo económico me tenía realmente angustiada, su desesperación se me clavo como si lo estuviera viviendo, y es que siendo ansiosa como soy y para temas escolares más, creo que pude ponerme en sus zapatos por algunas páginas y cuestionarme qué hubiera hecho yo, ¿hubiera renunciado?, ¿Qué tantas eran mis ganas de estudiar como para luchar por ese lugar?, es difícil saberlo.
La mayoría de las opiniones que he visto son positivas, pero me encontré con algunas que ponían en duda toda la experiencia de vida que Tara nos relata, recordemos que al final ella saca un Doctorado en la Universidad de Cambridge, y muchos creen que su historia es una gran fantasía; no tenemos manera de comprobar que cada una de sus vivencias son reales, incluso ella admite escribir lo que se recuerda de algunas experiencias por opinión consensuada y no dudo que sus editores hayan adornado algunas partes, pero creo que es injusto desestimar sus logros por pequeños detalles que en términos generales son nimiedades; la decisión de Tara de aferrarse a construir su propio destino, separando sus propias creencias de lo que le inculcaron ya era difícil aún si la situación hubiera “normal”, ahora teniendo que hacerlo todo con los suyos en contra con adornos o sin adornos, es una historia para aplaudir.
Para mí, fue un gran libro que no quería, ni podía dejar de leer, la lectura es ágil y son otras memorias que se van directo a mi lista de favoritos.
★★★★★ Se va a la lista de favoritos, todos deberían leerlo
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Memorias
Lumen
20 Febrero 2018
Libro
472
Estadounidense
Sinopsis: «Podéis llamarlo transformación. Metamorfosis. Falsedad. Traición. Yo lo llamo una educación.»
Nacida en las montañas de Idaho, Tara Westover ha crecido en armonía con una naturaleza grandiosa y doblegada a las leyes que establece su padre, un mormón fundamentalista convencido de que el final del mundo es inminente. Ni Tara ni sus hermanos van a la escuela o acuden al médico cuando enferman. Todos trabajan con el padre, y su madre es curandera y única partera de la zona.
Tara tiene un talento: el canto, y una obsesión: saber. Pone por primera vez los pies en un aula a los diecisiete años: no sabe que ha habido dos guerras mundiales, pero tampoco la fecha exacta de su nacimiento (no tiene documentos). Pronto descubre que la educación es la única vía para huir de su hogar. A pesar de empezar de cero, reúne las fuerzas necesarias para preparar el examen de ingreso a la universidad, cruzar el océano y graduarse en Cambridge, aunque para ello deba romper los lazos con su familia.
Westover ha escrito una historia extraordinaria -su propia historia-, una formidable epopeya, desgarradora e inspiradora, sobre la posibilidad de ver la vida a través de otros ojos, y de cambiar, que se ha convertido en un resonante éxito editorial.