De que va
La historia de las hermanas Mardini se volvió famosa en un instante y no es para menos, en 2015 para escapar de la guerra civil que aterrorizaba Siria, Sara de 20 y Yusra de 17 años huyen del país con la ayuda económica de sus padres, mientras que estos se quedan atrás junto a la menor de sus hijas; a los quince minutos de iniciar la travesía, cuando cruzaban de Turquía a Grecia, el motor del bote inflable que los llevaría a Europa, dejó de funcionar, de las veinte personas que iban en el bote, sólo las hermanas sabían nadar, así que sin dudarlo se aventaron al mar.
“Cinco minutos más y el motor funcionará. Cinco minutos más de dolor, sobrevive, sigue con vida otros cinco minutos. Deja que tu cuerpo tome el control. Confía en él, no pienses en nada y déjalo trabajar.”
#MiHumildeOpinión
La historia del mar se ha vendido con un morbo mal encausado al que la misma Yusra se refiere, así que vamos hablando de eso primero antes de continuar, ellas no rescataron a los pasajeros del bote nadando hasta la orilla de la isla, salieron de el junto con otros pasajeros, para evitar que se metiera el agua y por tres horas lo dirigieron y mantuvieron a flote, mientras seguían intentado echar a andar el motor, hasta que lo lograron y pudieron llegar a Lesbos, Grecia.
Hago la aclaración, no para desestimar lo que las Mardini hicieron, sino porque como Yusra comenta, cada periodista vendió la historia que quiso, por eso es que a través de Mariposa ella es quien nos cuenta cómo sucedió todo.
Pero como dice Diane Setterfield, siempre hay un principio antes del principio, en el caso de Yusra su vida siempre ha estado ligada al agua, en su familia paterna siempre ha habido nadadores y uno de ellos fue su padre, quien inculcó y entrenó a sus hijas desde el inicio, con técnicas rigurosas e inflexibles, pero también supo transmitirles su pasión por este deporte, aunque fue a partir de ver competir a Michael Phelps en Atenas 2004, cuando Yusra se puso el objetivo de convertirse en una atleta olímpica.
Pensamos en refugiados y guerra y la cabeza se nos llena de imágenes terregosas con gente en condiciones miserables, y por alguna razón creemos que incluso antes de los conflictos siempre vivieron así, es por eso, que Mariposa me hizo sentir muy cercana a sus protagonistas, porque su día a día era tan normal como el nuestro: escuela, salidas con amigos, tecnología, programas de televisión, pasatiempos, sueños y aspiraciones.
Decía una de mis maestras en la universidad, que ningún país, ni el más rico, ni por ser el más pobre, está exento de una dictadura, y esto evidentemente también aplica a la guerra.
Los países árabes son una zona que en mayor o menor medida los conflictos bélicos han sido una constante, pero lo que desencadenó la huida de millones de sirios fue la llamada Primavera Árabe, en donde alrededor de dieciocho países se manifestaron contra sus gobiernos, en algunos casos el Estado reformó las leyes, pero en la gran mayoría se desataron revueltas que terminaron en el derrocamiento de las autoridades o en guerras civiles, este último siendo el caso de Siria.
Antes de que la guerrilla llegara a Damasco, la población hacía vida normal, y como suele suceder, los medios de comunicación informaban de poco a nada, hasta que los ataques fueron evidentes, poniendo en peligro a la sociedad civil. En una de las anécdotas que cuenta Yusra, menciona como su entrenamiento en el complejo deportivo continuó intermitentemente debido al incremento de la violencia, podían llegar a entrenar, y no salir nunca; esta nueva normalidad, la hizo percatarse que si quería ser nadadora olímpica tenía que dejar su país.
La famosa historia del bote, es sólo el comienzo del riesgoso viaje que emprenden las hermanas Mardini, quienes por tres semanas atravesaron Turquía, Grecia, Macedonia, Serbia, Hungría, Austria y finalmente Alemania, sobreviviendo a estafas, menosprecio, hambre, racismo, angustia e incertidumbre.
A pesar de todo, lo hicieron con una actitud mucho más positiva de lo que cabría esperar y comprender, durante su éxodo, se vieron rodeadas de muchas más personas como ellas, que por un periodo de tiempo formaron una gran familia, ayudándose y cuidándose como y cuando podían.
Como siempre, es un tipo de historia con la que me es imposible parar de leer y juzgarla como buena o mala, soy completamente subjetiva al respecto y siempre serán categoría favorita, siento mucho respeto y admiración por las personas que cuentan esta clase de experiencias, quienes se atreven a denunciar los horrores, a escapar y buscarse mejores oportunidades, a luchar por ser vistos o conseguir un objetivo.
Por descontado, es un libro que te pone a reflexionar sobre tu propia actuación frente a esta clase de circunstancias, porque no es necesario irnos demasiado lejos, los latinoamericanos tenemos un serio problema de inmigración, muchos llegan a nuestros países y otros sólo están de paso, pero no siempre se topan con nuestra mejor cara, y la mayoría de sus historias jamás serán contadas.
Otro pensamiento que no se me iba de la cabeza mientras leí este libro, era pensar en toda la gente que por salvar su vida o buscar mejores oportunidades han muerto en el camino, que entre esas miles de víctimas había futuros deportistas, artistas, científicos, genios, y en cuantos de estos pudieron haber cambiado el mundo, y ahora nunca lo sabremos.
El mensaje que Yusra quiere que conozcamos no se queda en la historia del mar, ni tampoco en su peregrinación hacia Alemania, el mensaje que se nos debe de grabar es que no se puede ser definido por lo que los demás piensan de ti, no te pueden definir por una palabra, en su caso “Refugiado”, algo que ella ni nadie elige ser; de lo que si podemos calificarla a ella y a todos los que tienen que dejar su hogar, es únicamente de “persona”, iguales que cualquiera con ambiciones, con capacidades, con inteligencia.
Leí este libro durante el confinamiento por el coronavirus, por esos días se anunció que los Juegos Olímpicos de Tokio no se llevarían a cabo este año, y cuando leí la noticia ella fue lo primero que cruzó mi mente, hasta yo me sentí frustrada y enojada, una vez más #CoronavirusSucks
★★★★★ Se va a la lista de favoritos, todos deberían leerlo
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Además de la reseña de Mariposa, te platico sobre Sarah Mardini la hermana mayor de Yusra y su contribución como activista a favor de los refugiados.
Memorias
Plaza & Janés
14 marzo 2019
Libro
384
Siria
Sinopsis: En verano de 2015, Yusra, de diecisiete años, y su hermana mayor Sara huyeron de su casa en Siria arrasada por las bombas. Desde Damasco emprendieron un peligroso viaje hacia la costa de Turquía, donde consiguieron subir a un pequeño bote con otras veinte personas dispuestas a todo para llegar a Europa.
Llevaban treinta minutos de travesía cuando el motor se detuvo y estuvieron a punto de volcar. En ese momento, Yusra, Sara y otras dos personas se tiraron al mar para aligerar la carga. Yusra y Sara eran las únicas que sabían nadar y durante más de tres horas fueron las que guiaron la barca hasta las costas de Lesbos, salvando la vida del resto de los pasajeros. En aquel momento nadie podía imaginar que un año después, Yusra Mardini competiría como nadadora en los Juegos Olímpicos de Río.