Voy a empezar por decir que este libro se ha convertido en uno de mis favoritos y también por admitir que quizá este siendo un tanto injusta porque me encanta Trevor Noah, su humor, sus stand ups … TODO.
De que va.
Nació en Sudáfrica en el ocaso del Apartheid, un sistema racista tan agarrado de los huesos de la sociedad, que para cuando cayó no se sabía muy bien como proceder, las leyes cambiaban todos los días dando y quitando derechos y obligaciones, e incluso después de la liberación de Nelson Mandela todavía pasaron cinco años más para la instauración de la democracia.
El comediante explica como el apartheid fue el sistema racista perfecto, o al menos eso intentaban al adoptar técnicas de todo el mundo y aplicarlas a un solo país, el objetivo final era crear un país de blancos y enviar a los negros a reservas alejadas de la civilización.
Se crearon grupos de blancos, negros, indios, chinos, gente de color y subgrupos de estos, a los que les dieron más o menos derechos según sus características, y también según los intereses del gobierno, por eso es que los japoneses entraban en la categoría de blancos, con la intención de mantener las buenas relaciones con el país nipón.
La concepción y nacimiento de Trevor fue un crimen, era hijo de madre negra de la tribu xhosa y padre blanco, suizo, de haber sido descubiertos hubieran pasado al menos 5 años en prisión y a su hijo lo hubieran mandado a algún orfanato; sin embargo su madre hizo de todo por protegerlo; claro que hubo muchas cosas de las que Noah no era consciente hasta muchos años después, cuando decidió escribir su historia se dio cuenta que el creía que era un niño al que no le gustaba salir a la calle, cuando en realidad no se lo permitían, pues corría el riesgo de ser arrestado por la policía y alejado de su familia.
A través de innumerables anécdotas con humor que lo caracteriza y sin cronología, Trevor nos relata como creció y salió adelante en un país tan injusto como violento, pero no sólo fue la violencia externa la que lo marca como un sobreviviente, sino la interna, la de un padrastro iracundo del que tuvo que alejarse antes de que lo peor ocurriera…y ocurrió, sólo que contra su madre.
Lo primero que descubrí es que tener dinero te da opciones. No es que la gente quiera ser rica. Lo que quiere es poder elegir. Y cuanto más rico seas, más opciones tienes. Esa es la libertad que te da el dinero.
#MiHumildeOpinión
Desde el inicio del libro sabes que la verdadera heroína es Patricia Noah, la madre de Trevor y que éste es sólo el narrador de una historia que comparten, pero que, sin esa mujer obstinada, rebelde y fuera de lo común, su hijo no sería el hombre que nos declara ser hoy, ni se hubiera atrevido a ganarse la vida de todas las maneras que lo hizo, por engancharte con unos ejemplos desde vendedor de discos pirata, hasta animador de fiestas callejeras, de no haber tenido no sólo el ejemplo sino la presión y comprensión de una mujer independiente y valiente.
No es exactamente positivo hablar de lo mucho que nos parecemos los países latinoamericanos a Sudáfrica, sobre todo en términos de ilegalidad y corrupción, pero a mí me hizo sentir cercana a una cultura que se siente tan remota, percatarme del montón de cosas que compartimos sin darnos cuenta y también de como nuestras diferencias nos enriquecen como planeta y que desafortunadamente han sido estas últimas objeto de tantas tragedias e injusticias por pura ignorancia o quizá, conocimiento mal destinado.
Lo dije desde un principio, ¡amé esta historia! Y me da mucho gusto que pronto la veremos en el cine con Lupita Nyong’o como la mamá de Trevor.
Que me sorprendió.
Ya en instagram les compartí una de las tantas cosas que me asombró descubrir en este libro, pero aunque Trevor lo cuenta con mucho humor al releer sus palabras se nos revela una realidad mucho más siniestra; como el hecho de que si por tus venas corría sangre blanca y por lo tanto tu color de piel no era demasiado negra podías acceder a estatus legal de blanco, el trámite era simple, por un lado blasfemar contra tu historia, luego denunciar y renunciar a tu familia para finalmente ser acreditado a través de la prueba del lápiz, esta consistía en que un oficial insertara este objeto en el cabello de la persona, si se resbalaba ¡felicidades eras lo suficientemente blanco!, si se sostenía la historia era otra.
Hablemos de la portada.
Blackie books es la editorial que imprime esta historia en español, pasta dura, mate, con una sensación al tacto muy vintage.
¡Y la portada! Es del artista español David de las Heras, que en lo personal me gustó muchísimo más que la portada del original, captura muy bien la mirada de alguien que se toma la vida como poca seriedad. Este artista se especializa en ilustrar a través de la pintura y lo hemos visto en otras portadas famosas como El tigre de Jöel Dicker y La muerte del comendador (Libro1) de Murakami.
★★★★★ Se va a la lista de favoritos, todos deberían leerlo.
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Memorias
Blackie Books
15 de Noviembre 2016
Libro
326
Sudafricana
Sinopsis:
Trevor Noah nació en Johannesburgo (Sudáfrica) en 1984. Todas las biografías empiezan así, con la fecha y lugar de nacimiento, pero en este caso estos dos factores marcaron su infancia, su carrera y su vida. Su madre era negra, de la etnia xhosa, y su padre, blanco y de procedencia europea. Se enamoraron en pleno Apartheid, así que, desde su mismo nacimiento Noah fue un niño prohibido por la ley, fruto de una relación interracial vetada. Ahí arrancó una vida de penurias y capacidad para esconderse y escapar. Tras buscarse la vida comerciando con CD piratas y pequeños préstamos, comenzó su carrera artística en la televisión sudafricana. En 2011 se mudó a Estados Unidos y su carrera se convirtió en una supernova. Fue el primer cómico sudafricano en realizar un monólogo en The Tonight Show y en aparecer en el Late Show with David Letterman. Protagonizó el documental You Laugh But It’s True y defendió en las tablas el stand-up The Racist. En diciembre de 2014, Noah se convirtió en colaborador fijo de The Daily Show, pero la sorpresa llegó cuando Jon Stewart, su presentador, lo nombró sucesor en septiembre de 2015. Desde entonces Noah se ha convertido en una de las caras más conocidas de la sátira política estadounidense más ácida y, más recientemente, en uno de los mejores azotes de Donald Trump. Su libro de memorias infantiles, Prohibido nacer, que deslumbró a la crítica de The New York Times Michiko Kakutani, demuestra que es, además, un escritor tierno, divertido, duro y muy prometedor.