Las hijas del Castillo de Deverill, Santa Montefiore

Canciones de amor y guerra fue mi lectura favorita del mes de marzo, era cuestión de semanas que continuara con la segunda parte de los Deverill, pero esas semanas se convirtieron en escasos días porque no pude resistir la tentación, creí engañar a mi cerebro y a mi cartera diciéndole que sería mi lectura cumpleañera, pero a ¿quién engañaba? ni siquiera alcanzó a llegar al 1ro de abril.

De que va.

Después de la tragedia que rodea al Castillo de Deverill, el nuevo comprador llega a habitarlo, para la sorpresa y tranquilidad de todos, es Celia Deverill quien se apropia del legado familiar.

Pero la situación mundial está por cambiar, se avecina una crisis económica que desprotegerá incluso a los más adinerados, si es que no se previenen y cuidan sus bienes antes de que pase lo peor.

“Para apreciar algo en su justo valor, no había como perderlo.”

Si no han leído el libro anterior, y tienen inconveniente con los spoilers, los detengo aquí porque no creo que me sea posible evitar hacer algunos comentarios al respecto que puedan echar a perder su experiencia con el libro; si por lo demás no te importa, sigue adelante.

#MiHumildeOpinión

Las hijas del castillo Deverill inicia con algunas semanas de diferencia de donde termina el libro anterior, así que continuamos en 1925; a lo largo de la primera parte, la narración te pone al corriente de lo sucedido con todos los personajes lo cual es excelente si entre tu lectura de la primera novela y este pasó un gran periodo de tiempo, en mi caso aún tenía todo muy fresco así que fue un poco repetitivo.

La historia se enfoca más en los Deverill de Londres, por lo que Kitty y Bridie pasan un poco a segundo plano, la relación entre ellas sigue fría y llena de discordia estúpida por falta de comunicación, como todos los problemas del mundo.

Si leyeron/escucharon mi reseña del Canciones de amor y guerra , recordarán que el personaje de Celia se me hizo que participó poco en la historia, como para mencionarla como protagonista en la sinopsis, pero que, por lo mismo, suponía que sería mucho más importante en la continuación, cosa que efectivamente sucedió, de hecho, es ella quien se lleva las flores y los aplausos en este libro.

Celia Deverill fue, hasta muy avanzada la novela, un personaje que no me caía bien, una estupenda representación de una niña mimada, que prioriza el placer y que obtiene siempre lo que quiere sin pensar en los demás, pero a quien la vida le enseña que desafortunadamente, ésta no se queda quieta, continúa y cambio no siempre significa mejora.

Sufre una serie de tragedias personales que harán que su vida se curve y ponga en perspectiva sus decisiones personales, el legado de su familia, y cuestione su inteligencia y la figura de su padre, definitivamente Celia se convierte en un personaje de quien espero mucha más sustancia en el fin de la trilogía.

En la reseña anterior les hablé sobre la maldición que pesa en esta familia, que dice que debido a la forma en cómo se hicieron de su riqueza, cada Lord Deverill en turno permanecerá atrapado en el Castillo incluso después de su muerte, hasta que un descendiente de los dueños originales regrese a habitar las tierras; en este libro, conocemos más detalles de la llegada de Barton Deverill a Irlanda, y su relación con la humilde Maggie O’Leary, la mujer que maldijo a todo el linaje, y advertimos que incluso después de muerto, Barton guarda un secreto que lo mortifica.

En cuanto al contexto histórico seguimos en los años veinte, la época del despilfarro, el jazz y el glamour, poco a poco nos vamos acercando a la gran depresión de 1929, una de las peores crisis económicas sufridas a nivel mundial que se extendió a lo largo de toda la década de los 30s; los personajes de esta novela en su mayoría viven de acomodado a acaudalado, a través de ellos nosotros los lectores experimentamos las consecuencias de sentirse tan ricamente intocables.

El camino que toma  Jack O’Leary también nos introduce en otro momento importante en la historia de Estados Unidos, la época de la prohibición, la venta clandestina de alcohol y las mafias que surgieron a raíz de esto.

No puedo negarles que sigo prefiriendo el primer libro, para mí este fue más bien un puente para el desenlace, que por lo que parece, se viene muy bueno, además entramos a otro momento importantísimo que es la Segunda Guerra Mundial.

De El último secreto de los Deverill, espero que se resuelvan las rencillas entre Kitty y Bridie que hasta mal me cae esta última por rencorosa, además de que me molesta que después de todas las cosas que le pasan, siga siendo tan inocente, luego está la sorpresa de Bridie cuando se entere de que Martha está viva y está en Irlanda, el destino de Celia en Sudáfrica y el que pasará con Jack, Kitty y la mafia, después de andar diseminados por el mundo, todos regresan a Irlanda ¡agárrense!

★★★★☆ Me gustó, lo recomiendo ampliamente.

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