Almudena Grandes es uno de esos nombres que, si te gusta leer, eventualmente llegarás a el; para mí fue hace algunos años con Las tres bodas de Manolita y Los pacientes del Doctor García, que por cierto sigo sin leer. Finalmente, mi experiencia inicia con La madre de Frankenstein, la quinta novela de la serie Episodios de una guerra interminable, en la que se relata los acontecimientos durante el régimen franquista, las acciones llevadas a cabo por la resistencia y los sentimientos generales de una España golpeada y humillada y que abarca un periodo entre 1939 y 1964.
De que va.
En 1954, el joven psiquiatra Germán Velázquez vuelve a España para trabajar en el manicomio de mujeres de Ciempozuelos, al sur de Madrid. Tras salir al exilio en 1939, ha vivido quince años en Suiza, acogido por la familia del doctor Goldstein. En Ciempozuelos, Germán se reencuentra con Aurora Rodríguez Carballeira, una parricida paranoica, inteligentísima, que le fascinó a los trece años, y conoce a una auxiliar de enfermería, María Castejón, a la que doña Aurora enseñó a leer y a escribir cuando era una niña. Germán, atraído por María, no entiende el rechazo de ésta, y sospecha que su vida esconde muchos secretos. El lector descubrirá su origen modesto como nieta del jardinero del manicomio, sus años de criada en Madrid, su desdichada historia de amor, a la par que los motivos por los que Germán ha regresado a España. Almas gemelas que quieren huir de sus respectivos pasados, Germán y María quieren darse una oportunidad, pero viven en un país humillado, donde los pecados se convierten en delitos, y el puritanismo, la moral oficial, encubre todo tipo de abusos y atropellos.
Porque un fracaso compartido une más que una victoria en común.
#MiHumildeOpinión
No tengo manera de comparar otros libros de la escritora porque como mencionaba anteriormente, es la primera vez que la leo, pero, si puedo decirles que hay que llegar emocionalmente preparado a no entender absolutamente nada cuando se empieza a leer. Esta complejidad tiene poco que ver con el lenguaje, sino más bien con la forma tan particular que tiene Almudena Grandes de contarnos la historia, en un párrafo nos topamos con recuerdos del pasado, avances del futuro, saltos en el tiempo, diálogos e introspecciones de los personajes, y sí, esto es a lo largo de sus 550 páginas, si pudiera describirse gráficamente, es como si la autora abriera paréntesis, luego dentro unos corchetes, dentro de estos una llaves y así sucesivamente.
En la historia nos encontramos con tres personajes principales, el Psiquiatra Germán Velázquez, que llega a Madrid después de haber pasado veinte años en Suiza, encontrándola devastada, hambrienta, triste, puritana y falsa a causa del régimen franquista. Germán entra a trabajar al hospital psiquiátrico de Ciempozuelos para dirigir un programa sobre un nuevo fármaco, donde conoce a María Castejón, una joven auxiliar de enfermería, que ha vivido toda su vida en el hospital por ser la nieta del jardinero y a quien la locura y las desgracias de las internas le parecen tan normales, que es la única que las trata con la dignidad que merecen, además, de haber podido relacionarse cercanamente a la interna más famosa del hospital, Aurora Rodríguez Caballeira, ingresada por parricidio y quien por cierto es uno de los tantos personajes reales, que se tejen en esta novela.
El desarrollo es más bien lento, pocos diálogos y capítulos muy largo, pero logra mantener la atención, hasta que te das cuenta que vas por la mitad y ya no lo quieres soltar, que esa apariencia de no saber que camino va a tomar la historia, de repente te obliga a leer más rápido para conocer el desenlace de los personajes.
Cada una de las voces está perfectamente bien identificada, en German escuchamos una voz formal, bien estructurada y quien pone el contexto histórico en la novela, María es la gran contadora de historias, y por su lenguaje apresurado y ordinario nos damos cuenta de sus orígenes humildes, su perspicacia y su evolución como mujer; mientras que Doña Aurora mantiene un monólogo la mayor parte del tiempo, dejándonos entrar a su perturbado pero sumamente inteligente cerebro y a quien vemos adentrarse en un mundo cada vez más confuso.
La guerra civil española y la posterior dictadura de Franco, son periodos de la historia española, que sigo sin entender del todo, y cuando creo que unos eran los buenos, resulta que eran los malos y viceversa; tampoco es que este libro me viniera a resolver mis múltiples dudas, pero dibuja detalladamente a esta sociedad española de los años cincuenta, sometida y manipulada por el gobierno, obligándolos a estar temerosos y en estado de alerta, en donde la vara con la que se castigaba el mismo desliz, no era igual para todos.
Esta serie de Almudena, Episodios de una guerra interminable, se enfoca en momentos o circunstancias que se vivieron durante los aproximadamente 36 años que duró la dictadura, en La madre de Frankenstein, el nacionalcatolicismo es una de esas situaciones. La autoridad de la Iglesia Católica, estaba infiltrada en las altas esferas (en cualquier esfera, a decir verdad), si algo les resultaba antinatural, era considerado no sólo anticristiano sino antipatriótico, consiguiendo así chantajes para su provecho, la cárcel, torturas o una conveniente desaparición.
Pero también nos encontramos con los españoles que, a pesar de las amenazas y las inminentes torturas, luchaban contra el Estado, para devolverle a España un poco de la dignidad robada, sin ser actos masivos, eran maniobras constantes y quizá más valiosas a la larga, como esconder a un ciudadano en peligro o la venta ilegal de alimentos para satisfacer lo que el gobierno les restringía o no surtía, esas y muchas más eran las pequeñas venganzas por todo el dolor padecido.
La novela mezcla extraordinariamente la ficción con la realidad, así como Aurora Rodríguez Caballeira y su historia son reales, igualmente participan muchos otros personajes que obtuvieron protagonismo en el periodo descrito, la mayoría famosos no por sus buenas acciones. Al final del libro, antes de la nota de la autora, viene una guía de personajes, muchos de estos recurrentes, otras meras menciones, pero con la finalidad de identificar cuales fueron reales y cuales no.
No es una novela que le recomiende a alguien que esté teniendo un bloqueo lector, o se esté iniciando en la lectura, tampoco a alguien que quiera iniciarse en la novela histórica porque puede ser contraproducente; es complicada y resulta difícil acostumbrarse al estilo de la autora, pero una vez que se pasa ese bache, es imposible de soltar.
A saber.
Estas historias son completamente independientes entre sí, se pueden leer en el orden que quiera o evitarse algunas si así lo quisieran.