La esclava de Juana Inés, Ignacio Casas

Por primera vez en mi vida participé en un club de lectura, como Dios manda, en esta ocasión con CircuLeemos de Sanborns y dirigido por Valentina de El librero de Valentina, que claramente no necesita introducción. Fue una experiencia increíble, poder compartir con tantas lectoras el libro del que les vengo a contar hoy, La Esclava de Juana Inés, ganadora del Premio de Novela Histórica Grijalbo y Claustro de Sor Juana.

De que va.

Yara de Yanga nos cuenta la historia de su vida, y como en una injusta sucesión de eventos la llevaron a ser vendida como esclava a una monja del Convento de San Jerónimo, hoy nosotros la conocemos con Sor Juana Inés de la Cruz, pero para Yara, era simplemente la madre poeta.

El silencio es la mejor forma de estar con nosotros mismos.

#MiHumildeOpinión

Yara es una joven afrodescendiente que vive en un pueblo llamado Yanga, también conocido como San Lorenzo de los negros, ubicado en el Estado de Veracruz; la particularidad de esta comunidad es que fue el primer lugar de América, fundado y liberado por esclavos africanos, por lo tanto, Yara nace como una mujer libre.

Sin embargo, por circunstancias que escapan de sus manos, se queda completamente sola, y a raíz de muchas injusticias relacionadas con su condición de mujer y el color de su piel, es condenada a la esclavitud.

Nacho Casas, el autor de esta obra, se inspiró en la breve mención que hace Octavio Paz de la esclava, en su ensayo Las trampas de la fe; de ahí se produjo una ardua investigación sobre los usos y costumbres de la época virreinal en la Nueva España, la historia y el trato de la negritud en México, el lenguaje de la época, la vida monacal de Sor Juana, que dio como resultado una novela de ficción histórica sobre un personaje del que se sabe casi nada; Yara, será una mezcla de pequeños datos conocidos, leyendas y un anhelo por darle visibilidad a un pueblo olvidado de este país.

Yara nos narra su historia de puño y letra, gracias a que la madre poeta se empeña en enseñarle a leer y escribir, poco a poco, ella misma va agarrándole el gusto hasta que se convierte en una necesidad; el lenguaje elegido para los relatos de Yara, es  muy importante para disfrutar de esta lectura, pues es gracias a éste que podemos sentirla de verdad, son expresiones ordinarias, pueblerinas, sin llegar a ser ofensivas o ridículas, que terminen por cansar.

Recorremos una Ciudad de México en la época colonial, lugares que hoy ya han dejado de existir, sitios de los que apenas queda alguna placa conmemorativa, pero que Yara trae a la vida en sus adornadas descripciones, particularmente la energía de los mercados, con su coloridos y fragrantes productos, alimentos prehispánicos aún vigentes en nuestra alimentación o la ya muy famosa gastronomía de los conventos, bien saben que tengo una imaginación muy vívida y como suele sucederme, me la vivía con hambre.

Y así como se nos describe el folclore, también observamos el desprecio y las humillaciones que no sólo Yara, sino otras minorías experimentaban día a día, por sus costumbres, su religión, su lugar en el sistema de castas; y aún con todo eso, La esclava de Juana Inés, es una historia encantadora, y mucho de esto es sin duda, gracias a sus peculiares y maravillosos personajes.

Sor Juana nunca se menciona como tal, y por lo tanto no le roba protagonismo a la verdadera heroína de la novela, aún así, la línea de tiempo de su vida va marcando la pauta de los acontecimientos, sobre todo, una vez que Yara es comprada para ella. He de admitir, que no ha sido un personaje que me haya provocado mucha curiosidad, fue de hecho, gracias a la información que se compartió entre las participantes del CircuLeemos que mi interés nació.

La vida en el convento es toda una experiencia, más allá de rezar todo el día, ser de espíritu piadoso y estar ahí por vocación, las religiosas forman una mini sociedad como cualquier otra, con gente de buen corazón, con problemas, aprovechadas, felices y amargadas. Y entre las paredes de San Jerónimo y la variopinta compañía de las monjas, es que Yara irá madurando, a veces más forzada por la realidad, que por el deseo de hacerlo.

Entre otras cosas, la libertad es un tema recurrente en esta novela, sobre todo en una época en la que se tenía la esclavitud, por un lado, pero la falta de oportunidades para las mujeres, tan básicas como leer y escribir por el otro. En esta historia Yara tiene suerte de haberse topado con alguien a quien le parecía injusta tal exclusión y es gracias a la madre poeta, su ama, que encuentra en las letras una forma de libertad.

★★★★☆ Me gustó, lo recomiendo ampliamente.


Escucha el podcast.
En la segunda parte del episodio 47, platicamos sobre los afromexicanos, una cultura que ha estado establecida en México desde la colonia y que pocas veces identificamos como compatriotas.

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